El consumo como concepto no hace
referencia a nada malo ni perjudicial. Podemos definirlo como el simple hecho
de consumir para satisfacer necesidades o deseos. El problema llega cuando esta
actividad se vuelve patológica. Entonces ya no hablamos de ‘consumo’, sino de
‘consumismo’. La Real Academia Española (RAE) define el consumismo como “la
tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre
necesarios.”
El modelo de bienestar de la
sociedad actual se basa en la posesión y acumulación de bienes, los individuos son víctimas de fuerzas sociales y
económicas que "los compra" e impulsa a buscar formas de satisfacción
que ocultan sus verdaderos intereses, lo cual sirve de justificación
para que se multiplique el consumismo entre las personas y se produzca la represión de sus necesidades genuinas.
"El marketing y la publicidad son las piezas
clave del mantenimiento de este sistema, puesto que son las encargadas de
mantener a los consumidores permanentemente estimulados para incorporar a sus
vidas todos los productos y servicios que se les ofrece", afirma al
respecto el Presidente de la Asociación de Estudios Psicológicos y profesor e
investigador de los comportamientos de los consumidores, Javier
Garcés. , estamos rodeados de
publicidad que pinta una vida idílica por la compra de un producto.
Felicidad y comprar están directamente relacionados,
es decir, que la tendencia general es pensar que, a mayor consumo, mayor
felicidad, pero no es así. Gille Lipovetsky afirmaba en su libro La felicidad paradójica, "cuanto más se desatan
los apetitos de compras, más aumentan las insatisfacciones individuales",
y así es.
intencionada, para que los usuarios compren una versión mejorada del mismo. El
objetivo, por
tanto, no es crear productos de calidad, sino aumentar
la capacidad económica de las grandes empresas que fabrican
estos productos.
Pero para la economía, si el consumo
disminuye también es problema. Una disminución en la demanda de bienes y
servicios causa crisis económicas y puede provocar depresiones económicas con
consecuencias penosas para el crecimiento económico, empleo y en general
bienestar de la población.
En base a lo investigado, opino que en la sociedad en la que
vivimos sería muy difícil dejar atrás el consumismo, pero
deberíamos intentar cambiar el tópico de que la felicidad
no es posible si no podemos consumir cosas permanentemente, no llegar a convertirnos en el consumidor consumido.Tras los largos efectos de la crisis económica a habido también cambios en el ámbito de consumo: reciclar,compartir,intercambiar serán claves en las relaciones sociales y en el consumo en los próximos años. Esta tendencia será impulsada por las continuas crisis económicas y la conciencia ecológica, y un tercer factor: el sentido de comunidad.
Aquí os dejo una entrevista a José Mujica en la que habla sobre el consumismo.
José Mujica es un político Uruguayo. Fue el cuadragésimo presidente de Uruguay entre 2010 y 2015. Antes de convertirse en la máxima autoridad política de Uruguay, Mujica fue ministro de Ganadería Agricultura y Pesca y también se desempeñó como diputado y senador. Es uno de los fundadores de la Unión Popular, un partido con orientación política de izquierda.
Mucha gente le llamaba "El presidente pobre" pero Mujica responde a esto diciendo que "pobres son los que tienen más, los que nunca se cansan, porque se meten en una carrera infinita, y eso no te da la vida" Mujica vive en una pequeña casa en medio del campo, sin ningún tipo de lujo. Su fortuna personal en 2010 cuando asumió su cargo, era un Volskwagen modelo 1987 valorado en 1800 dólares. Además, donaba la mayor parte de su sueldo.